martes, 6 de julio de 2010

CASO LOLA

Lola es un bull-dog inglés de 3 años, al que se realizó el estudio de Síndrome Braquiocefálico.

Los problemas de Lola más preocupantes eran sobre todo la dificultad inspiratoria, e intolerancia al ejercicio, pero los propietarios resaltaban también las constantes regurgitaciones que sufría la perra.

Las pruebas revelaron una hipoplasia de tráquea en la radiografía, el E.C.G no presentaba alteraciones, y en la endoscopia se observaron todas las alteraciones que caracterizan este síndrome, paladar elongado, colapso laríngeo, eversión de sacos, y un leve colapso traqueal cervical inspiratorio, consecuencia muy probablemente del sindrome respiratorio obstructivo crónico, que sufren este tipo de pacientes.

Lo interesante en el caso de Lola es que además durante la realización de la gastroscopia, se observó una hernia de hiato que se acentúa especialmente durante la inspiración. A continuación podeis ver el video.

Se realizaron biopsias gástricas, y el resultado fue una gastritis crónica inflamatoria linfocítica.



CONCLUSIONES


Muchos de nuestros pacientes braquiocefálicos no tienen solamente signos respiratorios, si no que presentan además muy comunmente signos digestivos.

Esto se ha discutido estadisticamente en un estudio realizado en en 2005 por C.M. Poncet y colaboradores, sobre 73 perros braquiocefálicos con problemas respiratorios superiores, donde se demostro con estudios endoscópicos e histopatológicos que el 98 % presentaban además problemas digestivos inflamatorios; este estudio comprobó además que a mayor severidad de los síntomas respiratorios, mayor severidad presentaban los digestivos.

Más recientemente se ha publicado en el Journal of Small Animal Practise por C.M Poncet; G.P. Dupre; V.G. Freiche y B.M. Bouvy en el año 2006, un estudio con 51 perros braquiocefálicos, como continuación del antes citado del 2005 donde se pretende comprobar la mejoría de estos pacientes, si se les trata quirúrgicamente el problema respiratorio y médicamente el digestivo.

Se establecen tres grados de gravedad en los problemas respiratorios, y tres para los digestivos que valoran los propietarios de los pacientes. Se hacen estudios endoscópicos e histológicos para todos los pacientes.

Cabe destacar que los problemas en el tracto digestivo que se encuentran en estos pacientes van desde desviación esofágica, hernia hiatal, atonía cardial, reflujo gastroesofágico, esofagitis distal, retraso vaciamiento gástrico, hiperplasia pilórica, estenosis pilórica, atonía pilórica, reflujo gastroduodenal, hasta gastritis inflamatoria difusa, gastritis inflamatoria puntiforme, y duodenitis inflamatoria difusa.

En los pacientes se realizan en distintos porcentajes cirugía de narinas, y palatoplastia (estafilectomía), y tratamientos adecuados para los problemas digestivos, según el resultado histopatológico.

El seguimiento se hace a distancia de 6 meses valorado por los propietarios con los mismos criterios de antes del tratamiento médico y quirúrgico.

El resultado fue que desde el punto de vista de los propietarios, de los 51 perros, el 92% notó mejorías en los síntomas respiratorios, y un 81% notó una mejoría en los síntomas digestivos.

A distancia de esos 6 meses los propietarios definieron el estado de su mascota como óptimo en lo relativo a la respiración en un 66%, mientras que lo consideraron peor que antes de la cirugía un 7%; en lo relativo a los síntomas digestivos, definieron como óptimo un 72% frente a un 4% que lo consideraron empeorado a partir de la cirugía.


DISCUSIÓN


Desde mi más humilde opinión, estos estudios me parecen extremadamente interesantes para nuestra práctica clínica diaria, ya que nos hacen reflexionar acerca de que problemas que solemos considerar por separado en nuestra práctica, están más relacionados de lo que creemos, por eso es muy importante la comunicación con el propietario.

EL caso de Lola, no es un caso aislado, seguramente muchos de estos pacientes, sufren la misma u otras patologías, que se ven infravaloradas por nuestra parte, sin considerar que quizás el éxito de nuestras terapias en estos casos, depende principalmente de la responsabilidad que tenemos de hacer un buen diagnóstico clínico.

Lola fue operada, y recibió un tratamiento para sus problemas digestivos. La mejoría inicial fue óptima, ahora habrá que esperar un poco de tiempo para valorar su estado de salud a largo plazo.

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